Los pequeños fetos observaban con mirada vacía a través de aquellas rejas oxidadas. Él taxidermista cuidadosamente los extraía de la fuente misma y diseccionaba los frágiles cuerpos para rellenarlos con una sustancia que le costó años perfeccionar. En un principio simulaba que eran gatitos, hoy el viejo habito aun persiste.
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¿y si nos juntamos en la avenida de los ideales? esa que esta llena de altos edificios y también de sueños. Nos encontramos en la esquina de mis esperanzas con locura, y nos alejamos un rato de esta mierda.
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