La tristeza se apodera del ambiente, tú me miras a la cara y yo te miro de reojo, nuestras pupilas se entremezclan, el final se hace presente. Mis labios están apagados desde nuestro último juego, tu cara va perdiendo la dicha, yo voy perdiendo las ganas de estar ahí, ¿Acaso es posible el vivir sin ti? Y el ambiente se va oscureciendo, tomas mi mano fuertemente pero con ganas de soltarme, la última sensación y más poderosa sensación de necesidad se hace presente, mi mano por impulso seca una pequeña lágrima. Y sin más que hacer sueltas mi mano, la oscuridad lo cubre todo, no veo ni mis manos, ni mi cuerpo, menos te veo a ti, mi alma se siente triste, en cambio mi mente me dice es lo necesario. Lentamente aparece una banca, una plaza, niños jugando, un par de árboles que danzan con el viento juguetón, tú, tú y tu espalda que se aleja, se pierde entre la multitud, adiós, te dejo mis bendiciones.